Por Gemma G. Juanes
La valoración de la reacción al fuego de los productos constructivos es uno de los requerimientos actuales contemplados por las regulaciones nacionales y así se ve reflejado en el Código Técnico de la Edificación (CTE DB SI) y el Reglamento de Seguridad Contra Incendios en Establecimientos Industriales (RSCIEI). En ellos es donde se muestran las clasificaciones mínimas que deben disponer los productos constructivos en función del tipo de edificio y uso.
Pero las clasificaciones de reacción al fuego no proporcionan seguridad a las personas por sí mismas, dado que para alcanzar un nivel de seguridad para las personas en caso de incendio, habrá que considerar la seguridad contra incendios en su más amplio sentido y no acotarla únicamente a la reacción al fuego.
En España, las estadísticas de incendio son muy claras y muestran que en las viviendas es donde se localiza el mayor número de víctimas en caso de incendio así como las causas más frecuentes que conducen a este tipo de siniestros. Por tanto, además a intentar minimizar la probabilidad del inicio de un incendio, será necesario dotar a nuestros edificios de todo el conjunto de medidas activas y pasivas recogidas en la legislación para que en caso de incendio, la evacuación sea completada con éxito.
Para ello, sería recomendable disponer de una detección temprana, medios de extinción manuales para intentar terminar el foco de incendio en su fase inicial (en esta fase la evolución del incendio estará controlada por el contenido de la vivienda), medidas pasivas para lograr una compartimentación efectiva y así evitar que los humos inunden las vías de evacuación, facilitar la accesibilidad de los bomberos, etc.
En el caso que el incendio evolucione hace el exterior a través de las fachadas, los pisos superiores serán los que estarán expuestos al humo y las llamas procedentes de la vivienda donde se ha originado el incendio. En el CTE DB SI, existen un conjunto de clasificaciones mínimas de reacción al fuego para minimizar la extensión del incendio por fachada.
Pero aun así, los estudios muestran que independientemente de la reacción al fuego de los productos de construcción de una fachada un incendio se podría propagar a través de una fachada en función de las dimensiones de las ventanas, diseño de la fachada, aspectos meteorológicos, etc. Esto se ve reflejado en algunos incendios publicados en prensa y que han afectado a varias plantas observándose que la fachada estaba ejecutada únicamente con ladrillo, (Producto constructivo con la mejor reacción al fuego posible, A1).
Por tanto y en este contexto, la reacción al fuego es un aspecto importante y que debe resolverse adecuadamente cumpliendo con la legislación aplicable pero no deberá ser un sustituto de una estrategia general de seguridad contra incendios de un edificio considerando y valorando el gran abanico de medidas pasivas y activas que pueden ser cómplices para alcanzar el objetivo de una evacuación rápida y segura de las personas en caso de incendio. En los edificios de gran altura o singulares, el enfoque prestacional sin duda será el procedimiento del futuro y en ello se debe trabajar.